24/9/07

Ciudadelas: historia de una ciudad dividida

Esto es una especie de reseña sobre los personajes del ciudadelas que en su dia hice en la bsk y me gusto mucho como quedo, asi que dejaremos aqui el recuerdo de la misma. Por supuesto que no la he vuelto a escribir, que uno es vago por algo jejejeje

Hace mucho tiempo se levantaba en la lejania una ciudad en la que la gente se miraba mal, no se confiaba en el vecino y no se podia esperar nada a cambio salvo alguna puñalada trapera.En los barrios bajos vivia el asesino, divorciado de la bruja y vecino de el hijo que tenian en comun, el ladron. El asesino, con marcas en la cara de años de dedicarse a su profesion en cuerpo y alma, lo que le costo el divorcio, se dedicaba a beber en la taberna esperando que alguien le contratase para un nuevo trabajo, ya habia habido mas de 5 condotieros en la ciudad. Casi puerta con puerta vivia su antigua mujer, la bruja, cuya apariencia era realmente asquerosa, un ser desagradable que repugnaba su simple presencia. Salvo que te hechizase con sus ojos zafiro, no se sabe la cantidad de gente que habia perdido su profesion tras un encuentro con esta cruel mujer.Y en el piso de arriba vivia el hijo comun de ambos, un chico joven, de aspecto demacrado cuyos ojos estudiaban cada uno de los trabajadores de aquella ciudad caotica intentando atisbar quien llevaba la bolsa repleta de monedas de oro para poder ganarse un bocado y una jarra de cerveza.En el barrio mas cercano habia una casa repudiada por todos, de aspecto muy señorial a pesar de no estar en un barrio bien, pero que todos evitaban pasar por delante. Por la ventana se podia vislumbrar un hombre sentado tras un escritorio, con nariz aguileña, ojos cansados y unas manos viejas de tanto contar el dinero que recaudaba a la gente de la zona por hacer casi cualquier cosa.En las afueras nos encontramos con el barrio encantado, solo unas pocas casas habia en la zona. En una de ellas un anciano marchito con barba larga y encanecida suspiraba por otra victima a la que poder robarle sus pertenencias, lo llamaban el hechicero, pero el ya se habia olvidado hasta de su nombre.En la casa de al lado un joven aprendiz practicaba sus artes magicas con cualquiera que se encontrase por la calle, nadie sabia de lo que era capaz ese mago, pero divertia a la gente.En el centro de la ciudad estaba el palacio del rey, un hombre de mediana edad, algo ajado por el tiempo y con cara amargada por los quehaceres de su profesion. En el mismo palacio vivia la reina, una arpia a la que solamente preocupaba el dinero, era muy habitual encontrarse al rey con su corona y al lado a la reina metiendo la mano en el bolsillo del rey para sacarle unas tres monedas.Y la peor habitacion de todas se encontraba en el ala este del palacio, una habitacion vacia, reservada para una visita muy especial. De vez en cuando el emperador se dejaba caer por la ciudad. Una de las visitas mas temidas por el rey, puesto que este era un hombre caprichoso, tan pronto te quitaba la corona como te la daba, eso si, todo a cambio de un precio.Cerca del distrito noble se encontraba la iglesia. Un impresionante edificio que albergaba a seres de lo mas uraños. En los aposentos mas bajos se encontraba el obispo, un hombre de alta talla y gruesa cintura, casi no se veian sus ojos detrás de sus gafas negras y todo su tiempo se dedicaba a recorrer los aposentos de los lugares sacros recolectando las monedas que pudiese encontrar.En las habitaciones mas altas se encontraba el abad, la representacion mas fiel del dinero, en sus ratos libres se dedicaba a visitar a sus vecinos ricos para sacarles dinero e invertirlo en su iglesia, su amada iglesia a la que algun dia el podria llamar catedral, su gran sueño.De la ciudad nos quedan los barrios medios. En esta zona se podia encontrar todo tipo de gente. En la primera casa, una casa de tipo medio, puertas mediocres y de estilo medio, habia un hombre de mediana edad, todo corcomido por los largos dias laborales que durante su escasa vida habia dedicado a su negocio. Habia empezado con un par de monedas y ahora tenia todo un imperio de negocios, un imperio que se reducia a un par de tabernas y poco mas.Tambien nos encontramos con una casa extraña, de su chimenea siempre salia humo de colores, lo cual hacia que te encontrases siempre un corrillo de niños en los aleredores maravillados con ese arco iris de humo. Dentro te podias encontrar a un hombre al que todos llamaban el alquimista, siempre con experimentos raros, encerrado entre libros intentando encontrar el secreto de convertir el plomo en oro.Aunque la casa mas llamativa de esta zona era una que se encontraba a media distancia entre la del mercader y la del alquimista. Una casa de extraño diseño, la puerta de forma extraña se encontraba en uno de los laterales, las ventanas de forma hexagonal, el tejado con tres picos … todo en ella era extraño. Te hacia detener tu marcha solo para observar y contemplar aquella rareza de la naturaleza, eso si, si te detenias mas de diez minutos en seguida salia su propietario todo orgulloso y te explicaba como habia hecho y colocado cada una de las piedras y partes de aquella casa. Por supuesto, salia con su escuadra, su cartabon y un monton de mapas de las obras que estaba planeando.Detrás de este hombre se podia ver siempre a otro mas joven, “ven aquí mi artesano” le decia, y alli iba el artesano, cargado de abalorios varios para adornar lo que le mandasen. Joven, aunque se le veia cara de cansado, quizas por el trato recibido por el arquitecto. Le gustaba su trabajo, un adorno por aquí, otro por alli…Cerca de la zona media de la ciudad se encontraba el puerto, una zona que tranquilamente podria pasar desapercibida si no fuese por el balcon de aquella casa, al fondo del mismo, en la que siempre se veia la misma figura. Un joven estilizado pegado a un telescopio mirando al horizonte, algunos lo llamaban el iluso, otros el navegante, lo cierto que era un muchacho que soñaba con largos viajes y lejanas tierras, y asi pasaba el tiempo, almacenando dinero y mapas en su casa mientras el escudriñaba el horizonte en busca de un barco que le sacara de aquella ciudad.Por Dios, casi se me olvidaba, al lado de la zona noble nos encontramos con una zona muy austera, varios edificios sin decoracion, sin ornamentos, las paredes, las ventanas y, por suerte, unas grandes puertas para entrar. Edificios que regentaba el señor condotiero, persona de no facil trato y temida por todos. Pasaba sus tardes en sus aposentos mientras las mañanas las dedicaba a pasear por la ciudad controlando que todo estuviese en orden, y ay del que se metiese en su camino, porque iba a pagar un buen precio.Tambien podiamos ver otra figura pasear por aquellos austeros edificios, una figura de mirada inconfundible, un hombre pacifico que quizas fuese el mas temido de todos, la gente le hacia llamar diplomatico, aunque era mas conocido como pajaro de mal agüero. Su unico afan era el de evitar los conflictos, aunque para ello tuviese que cambiar todo el orden establecido.En fin, una ciudad repleta de seres variados, poco de fiar todos ellos y mucho de tener cuidado. Una ciudad extraña para cualquiera que se adentre en sus misterios, pero una ciudad, al fin y al cabo, a la que estoy deseando regresar

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