Nos encontramos en las puertas del Infierno y, como consideramos
que no es nuestro lugar, pretendemos salir corriendo de ese maldito sitio. Cuál
es el problema, que somo hasta siete personas pensando lo mismo y no hay sitio
para todos, e incluso hay un perrete muy majo, de nombre Cerbero, si, ese que
tiene tres cabezas!, que no opina lo mismo que nosotros y nos quiere mantener
en nuestro sitio.
Y esto es lo que nos ofrece
Cerberus, un juego de los que llamamos semi cooperativos en el que hasta siete
personas vamos a intentar escapar del Infierno mientras Cerbero corre detrás
nuestro intentando evitarlo.
Un juego de reglas muy
sencillas, pero que tiene mucha maldad.
Muy brevemente el cómo se
juega. En nuestro turno vamos a jugar una carta y vamos a ejecutar sus
acciones. Cada carta tiene dos opciones (por arriba o por abajo) y en ambas va
a tener un coste, normalmente relacionado con Cerbero, y una acción que nos
afecta a nosotros o a nuestros "compañeros" o a todos. Lo básico que
te ofrecen las cartas es moverte tú mismo, o junto con otros, camino a la salvación.
Cerbero se va a ir moviendo
cuando su track llegue a un punto, y se moverá tanto como indique su dado (este
va de tres a ocho), si en su camino encuentra a alguien que comerse,
se calma y
descansa...pero, si no se come a nadie su furia se incrementa, no se para a
descansar y el siguiente movimiento será más largo.
Por el camino tenemos
diferentes espacios por los que vamos a correr, son todos bastante básicos, es
decir, podemos estar todos y no pasa nada. Pero hay alguno que otro que le mete
gracia al asunto, que si en este espacio solo coge un jugador y no se puede
pasar, que si un jugador pasa por aquí y activa un portal haciendo el camino al
resto más corto, que si el primero que pasa por el puente de madera lo rompe
por gordo y los demás tienen que dar un pequeño rodeo.
¿Y ahora es cuando dices eso
de... vamos todos de la mano? Si, esa es la idea, pero suceden dos cosas...
primero que Cerbero nos puede comer, aunque si vamos todos controlando esto se
puede evitar. ¿Y entonces...donde está la gracia? Pues que no hay sitio para
todos.
Al final del trayecto hay tres
barcos esperándonos, barcos de uno, dos y tres huecos...pero están todos boca
abajo, no se sabe cuál es cual (hay opciones de verlos y cambiarlos con las
cartas) y... solo un barco va a zarpar, dejando al resto de jugadores atrás.
Para añadir algo más a esto,
los primeros jugadores que sean comidos por Cerbero van a implorar su perdón ayudándole
a dar caza al resto.
En resumen, hay dos formas de
ganar: o nos montamos en el barco y conseguimos escapar, o ayudamos a Cerbero a
comerse a todo el mundo.
Las sensaciones de partida, al
menos en mi caso, son espectaculares. Tenemos que ayudarnos todos para llegar a
los barcos, pero hay que asegurase que tienes hueco. Se ven muchas maldades
camufladas de buen rollito mientras se juegan las cartas, y si no sabe todo el
mundo lo que hay en los barcos...el faroleo y el cachondeo que se puede montar
es curioso.
Si, por "desgracia",
te come Cerbero, empieza otro tipo de diversión, la de mover al perrete para
comerse al resto.
Aquí podríamos ponerle un punto
negativo, no hay tensión porque te coma Cerbero en primer lugar, ya que vas a
empezar a jugar con Cerbero...pero el juego está bien pensado para eso también.
Con las cartas que tienes puedes mover a los demás, quieran o no quieran... así
que si un jugador se queda rezagado a propósito, siempre puedes hacer que
avance y evitar que el perrete le coma.
Si, puede ser grupo
dependiente, si lo juegas con un grupo de siesos el juego se queda bastante
aburrido. Pero como lo juegues con gente que se divierta y se meta en el papel
y lo disfrute, el juego es una gozada.
Ir corriendo todos juntos,
quieran los demás o no, haciendo alguna perrada por el camino intentando que no
se note para llegar al final y... dar la estocada final!!! Esto es lo que
realmente define Cerberus
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