6/11/18

Cerberus, corriendo del Infierno

Nos encontramos en las puertas del Infierno y, como consideramos que no es nuestro lugar, pretendemos salir corriendo de ese maldito sitio. Cuál es el problema, que somo hasta siete personas pensando lo mismo y no hay sitio para todos, e incluso hay un perrete muy majo, de nombre Cerbero, si, ese que tiene tres cabezas!, que no opina lo mismo que nosotros y nos quiere mantener en nuestro sitio.



Y esto es lo que nos ofrece Cerberus, un juego de los que llamamos semi cooperativos en el que hasta siete personas vamos a intentar escapar del Infierno mientras Cerbero corre detrás nuestro intentando evitarlo.
Un juego de reglas muy sencillas, pero que tiene mucha maldad.

Muy brevemente el cómo se juega. En nuestro turno vamos a jugar una carta y vamos a ejecutar sus acciones. Cada carta tiene dos opciones (por arriba o por abajo) y en ambas va a tener un coste, normalmente relacionado con Cerbero, y una acción que nos afecta a nosotros o a nuestros "compañeros" o a todos. Lo básico que te ofrecen las cartas es moverte tú mismo, o junto con otros, camino a la salvación.
Cerbero se va a ir moviendo cuando su track llegue a un punto, y se moverá tanto como indique su dado (este va de tres a ocho), si en su camino encuentra a alguien que comerse,
se calma y descansa...pero, si no se come a nadie su furia se incrementa, no se para a descansar y el siguiente movimiento será más largo.
Por el camino tenemos diferentes espacios por los que vamos a correr, son todos bastante básicos, es decir, podemos estar todos y no pasa nada. Pero hay alguno que otro que le mete gracia al asunto, que si en este espacio solo coge un jugador y no se puede pasar, que si un jugador pasa por aquí y activa un portal haciendo el camino al resto más corto, que si el primero que pasa por el puente de madera lo rompe por gordo y los demás tienen que dar un pequeño rodeo.

¿Y ahora es cuando dices eso de... vamos todos de la mano? Si, esa es la idea, pero suceden dos cosas... primero que Cerbero nos puede comer, aunque si vamos todos controlando esto se puede evitar. ¿Y entonces...donde está la gracia? Pues que no hay sitio para todos.
Al final del trayecto hay tres barcos esperándonos, barcos de uno, dos y tres huecos...pero están todos boca abajo, no se sabe cuál es cual (hay opciones de verlos y cambiarlos con las cartas) y... solo un barco va a zarpar, dejando al resto de jugadores atrás.
Para añadir algo más a esto, los primeros jugadores que sean comidos por Cerbero van a implorar su perdón ayudándole a dar caza al resto.


En resumen, hay dos formas de ganar: o nos montamos en el barco y conseguimos escapar, o ayudamos a Cerbero a comerse a todo el mundo.

Las sensaciones de partida, al menos en mi caso, son espectaculares. Tenemos que ayudarnos todos para llegar a los barcos, pero hay que asegurase que tienes hueco. Se ven muchas maldades camufladas de buen rollito mientras se juegan las cartas, y si no sabe todo el mundo lo que hay en los barcos...el faroleo y el cachondeo que se puede montar es curioso.
Si, por "desgracia", te come Cerbero, empieza otro tipo de diversión, la de mover al perrete para comerse al resto.
Aquí podríamos ponerle un punto negativo, no hay tensión porque te coma Cerbero en primer lugar, ya que vas a empezar a jugar con Cerbero...pero el juego está bien pensado para eso también. Con las cartas que tienes puedes mover a los demás, quieran o no quieran... así que si un jugador se queda rezagado a propósito, siempre puedes hacer que avance y evitar que el perrete le coma.


Si, puede ser grupo dependiente, si lo juegas con un grupo de siesos el juego se queda bastante aburrido. Pero como lo juegues con gente que se divierta y se meta en el papel y lo disfrute, el juego es una gozada.
Ir corriendo todos juntos, quieran los demás o no, haciendo alguna perrada por el camino intentando que no se note para llegar al final y... dar la estocada final!!! Esto es lo que realmente define Cerberus


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