CRÓNICA: Here I Stand, los cuchillos
voladores
por Imanol Intziarte
por Imanol Intziarte
Todo comenzó en un reciente viaje a Madrid
de un integrante del grupo. Su mujer le dejó sin compañía unas horas y,
casualidad, sus pies le llevaron hasta Cuarto de Juegos. La caja del Here I
Stand le puso ojitos y se la trajo para Gipuzkoa.
Cuarto de juegos, contigo empezó todo. |
«Hay que estrenarlo, quién se apunta», soltó por whatsapp. No tardaron en
ofrecerse como voluntarios otros cinco inconscientes. Se puso fecha, con margen
de 3-4 semanas, y la condición de que cada uno tenía que echar un vistazo a las
reglas en ese plazo. Teníamos poca fe en alguno de los integrantes pero…
Botín de ese día. A través de la bolsa se atisba un Pitchcar y una expansión a la izquierda, el Quatro centrado y el susodicho a la derecha. |
También se optó por llevar a cabo con antelación el reparto de papeles.
Tres hicieron el clásico «me pico y no respiro» si no les tocaba la facción que querían, así que el
Papa, el otomano y el inglés se adjudicaron de manera directa. Los otros tres
papeles, en riguroso sorteo con vídeo incluido y musiquilla de la Champions de
fondo.
Entre dudas sobre el extenso reglamento, propuestas barriobajeras de
pactos anti-natura y amenazas de corte mafioso, los móviles echaban humo
mientras se afilaban las alabardas y se cargaban los fusiles de asalto.
(Ahora es cuando sale el típico listillo de «en esa época no había
fusiles de asalto, in isi ipici ni hibii fisilis di isilti, ñiñiñiñi… Pesau, si
quieres rigor vete a la web de la Real Academia de la Historia, www.rah.es)
Hecho este inciso, llegamos al día de autos. O a la víspera, cuando
saltaron las alarmas porque al otomano le había surgido un problema de índole
personal que le impedía acudir a la cita. Y a ver dónde encuentras, de golpe y
porrazo, un suplente de garantías. Afortunadamente la política de cantera da sus
frutos y rápidamente se puso a nuestra disposición una nueva víctima.
El Lunes de Pascua –qué mejor que Semana Santa para darle a un juego de
temática religiosa– amaneció radiante. La cita era a las 9.30 de la mañana,
pero al Papa se le pegaron las sábanas, lo que le sirvió para ganarse los
primeros insultos de la jornada. El Habsburgo,
el inglés y el francés aprovecharon el retraso para tratar de aclararse sobre
cómo colonizar el Nuevo Mundo. Pffff, la cosa prometía.
TURNO 1
Con
algo más de una hora de retraso sobre lo previsto, Lutero sacó su martillo para
clavar las 95 tesis y dar el pistoletazo de salida. Buen arranque protestante,
quien al terminar la Dieta de Worms ya contaba con seis territorios bajo su
mano.
Barbarroja
tomó posesión de Argel con rapidez, mientras que el inglés declaraba la guerra
a Escocia. Francia acudía en apoyo de los norteños y se producía una batalla
naval en el puerto de Edimburgo. Primer rifirrafe y miradas de asesinato, ya
que Enrique VIII aseguraba que Francisco I le había prometido, en las
conversaciones iniciales, desentenderse en caso de ataque. Fue el comienzo de una intensa ‘amistad’
anglo-gala a lo largo de toda la sesión.
En el
Vaticano, León X dejaba vacante el trono de San Pedro, que era ocupado por
Clemente VII. Y el Habsburgo empezaba su cosecha al otro lado del Atlántico
gracias a las expediciones de Cortés.
Puntos
tras el Turno 1:
Papado
17, Francia 14, Habsburgo 11, Otomano 10, Inglaterra 9, Lutero 2
TURNO
2
El
Papa daba las primeras muestras de aburrimiento, así que ni corto ni perezoso
comenzó su expansión con la toma de Florencia.
El
otomano se paseaba por el Mediterráneo como si fuera el salón de su casa,
rascando puntos y otros beneficios a base de piratear lugares como Cagliari,
Messina y Malta. Mucho más al norte la situación no era tan tranquila, con
ingleses y franceses a la gresca en Rouen.
Lutero,
a la chita callando, se hacía con el dominio de los seis electorados, siempre con
cuidado de no alcanzar los doce territorios en total para evitar que se
activara la Liga Esmalcalda. Para llevarse pescozones siempre hay tiempo. El
que no supo esquivar el golpe fue el teólogo papal Contarini, que salió
escaldado en un debate y cayó eliminado.
Carlos
V y sus huestes a lo suyo, lo mismo conquistaban a los incas que descubrían el
río Missisipi. Como en una agencia de viajes de aventura.
Después
de más de 3 horas alrededor del tablero, consultando el reglamento más o menos
cada treinta segundos, era el momento de hacer una pausa y reponer fuerzas.
Puntos
tras el Turno 2:
Papado
18, Francia 15, Habsburgo 14, Otomano 13, Inglaterra 9, Lutero 5
TURNO
3
Con el
estómago lleno se afrontaba la segunda parte del día, que arrancaba con
negociaciones entre bambalinas del Habsburgo con el inglés y el francés,
aliándose con el primero y firmando la paz con el segundo. Ya afilaba los
cuchillos para entrar con todo contra los protestantes.
En
otro punto del mapa, el otomano y el Papa se las tenían tiesas. Suleimán
declaraba la guerra a Venecia, lo que permitía al Sumo Pontífice a declararse
aliado de los gondoleros. Pero, sorpresa, el invitado de última hora se sacaba
de la manga una carta que desactivaba el pacto, dejando a Venecia desamparada.
Dicen que
el rencor no es un sentimiento muy cristiano, pero el Papa no estaba dispuesto
a dejar pasar tal afrenta y como represalia sacó otra carta que enviaba a su
rival a guerrear al extranjero, concretamente a Egipto. Le salió el tiro por la
culata. El rodillo turco hizó puré con rapidez a las tropas del Nilo y a
renglón seguido hundió toda la flota veneciana. No muy lejos, el Papa se
estrellaba una y otra vez contra las murallas de Génova.
Mientras
tanto pudimos asistir a una espectacular exhibición procreadora del rey de
Inglaterra, incapaz de tener descendencia con Ana Bolena, Jane Seymour o Anne
of Cleves. Un 1, un 2 y otro 1. Gran tirada de dados.
El
Habsburgo a lo suyo, conquistó Metz para amenazar a Lutero y se embolsó otros 7
puntos en el Nuevo Mundo ante la inoperancia de Francia e Inglaterra.
Puntos
tras el Turno 3:
Papado
18, Habsburgo 17, Francia 16, Otomano 14, Inglaterra 10, Lutero 6
El
turno arrancó con nuevas alianzas. El Habsburgo se encamó con el francés, y el
inglés con el protestante. El otomano, muy relajado, aparcaba por el momento
sus aventuras navales y movía sus ejércitos de tierra para tomar Belgrado. La
insistencia del Papa tuvo premio finalmente en Génova, que ya no aguantó ante
tanto asedio.
Inglaterra
volvió a posar sus ojos en Escocia, aprovechando una carta que rompía la
alianza de estos con Francia. Los escotos quedaban así abandonados a su suerte.
O no, porque el galo tiraba de repertorio con una de sus clásicas puñaladas por
la espalda y desembarcaba en Bristol. Una jugada que levantó una importante
polvareda en torno a la interpretación de las reglas sobre las líneas de
comunicación. En los días siguientes se tuvo que consultar con expertos en la
materia, que decretaron que el inglés tenía razón al reclamar fuera de juego
del invasor. El daño ya estaba hecho, pero habrá que instalar el VAR para
próximas ediciones.
En el
capítulo religioso, la Reforma se empezaba a extender por Inglaterra justo
antes de que que entrara en juego la Liga Esmalcalda. Era la señal que el Habsburgo
estaba esperando para lanzar su ofensiva. Su primer objetivo fue Trier, pero
las tropas de Lutero aguantaron la primera embestida.
En
este momento se dio por finalizada la jornada, con una nueva cita seis días más
tarde. Un periodo que se emplearía para repasar las dudas surgidas, ir
perfilando estrategias y consultar el diccionario para recopilar nuevos
insultos.
Puntos
tras el Turno 4:
Papado
21, Lutero 19, Habsburgo y Francia 17, Otomano 16, Inglaterra 10
Final del turno 4. |
TURNO 5
La
primera novedad de la sesión era la presencia del otomano titular, una vez
solventados satisfactoriamente los problemas. La negociación inicial ya deparó
sorpresas de alto calibre, especialmente la alianza entre el Habsburgo y el
musulmán, una osadía que posteriormente generó comentarios de estupefacción en
las redes sociales. El Habsburgo se defendió con no se qué chorrada de «rehacer
la historia», pero se rumorea que GMT ha pedido una orden de alejamiento para
que no pueda acercarse a menos de 20 metros de sus juegos.
La
táctica era que el otomano pasara sin problemas por Triestre (territorio
Habsburgo) para conquistar Venecia y luego atacar al Papado. Mientras, Carlos V
volvía a la carga en los electorados alemanes, haciéndose con el dominio de
Colonia y Trier. Lutero bastante hacía con defenderse como gato panza arriba.
Por su
parte, Inglaterra recuperaba Bristol de las garras francesas y aprovechaba que
el Habsburgo estaba en otros frentes para quitarle Amberes y hostigarle por la
retaguardia.
Y así
se llegó al momento cumbre, cuando el Habsburgo jugó un evento que le quitaba
al Papa una de sus cartas. Paulo III, que ya mandaba en el Vaticano, no se lo
tomó precisamente con alegría, así que decidió gastar sus últimos puntos de
acción en excomulgar a Carlos V. A su vez, este no entendía cómo el Papa optaba
por una jugada que no le daba puntos, cuando podía ponerse en 25 y esperar a
que Lutero se hiciera el loco. Pero amigos, el mal por el mal es taaaan goloso.
Miradas
asesinas, puyas afiladas, mensajes de rencor y de «este juego no vuelve a salir
a mesa», no juego más, orejas gachas del resto de actores, abandonos abruptos
del grupo de whatsapp… vaya cuadro, qué tensión, ya estamos deseando jugarlo
otra vez.
Puntos
tras el Turno 5:
Papado
22, Otomano 22, Francia 21, Habsburgo 18, Lutero e Inglaterra 16
CONCLUSIONES
Juegazo.
Requiere mucho trabajo previo de seis personas y es muuuuy largo. Así que se
necesita gente comprometida. Y es un generador de odios que obliga a ser
conscientes de qué puede pasar y de con quién se sienta uno a la mesa. Pero si
se disfruta de los juegos espesos y se está habituado a dar y recibir
puñaladas, Here I Stand es un chorreo de bilis a la altura de los paladares más
exigentes.
Imagen de La rendición de Breda o Las Lanzas. Ya en 1.634, Velazquez reflejaba el final de nuestra partida. |
CASTING
Partida
jugada los días 2 y 8 de abril de 2018.
Starring:
Horti y Egoitz (Otomano), Kalino (Habsburgo),
Xabi (Inglaterra), David (Francia), Guti (Papado) e Imanol (Lutero)
Un saludo y gracias por leernos,
De acuerdo con la estupenda crónica de esta épica confrontación a seis bandas, excepto en un punto. Se obvia la magnífica y prolífica labor constructiva de châteaux del mecenas francés. Obras que perdurarán en el tiempo y que quedan para solaz y disfrute de las generaciones venideras. Todo ello a la altura de cualquier monumento declarado patrimonio cultural de la humanidad. Modestia aparte claro.
ResponderEliminarDiscrepo. Los chateaux pasan a un segundo plano ante el cobarde, traicionero e ilegal desembarco en Bristol.
ResponderEliminarPor cierto, a cualquier cosa le llamas chateaux. Nuestro equipo de investigación ha descubierto que siendo generosos llegarían al calificativo de borda de pastores.
P.D. El juego está roto, Lutero tiene pocas tropas y acaba siendo el muñequito de las ostias. Se debe impugnar
Oigo llorar...
ResponderEliminarEl que ha llorado eres tú con tus castillitos
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